Entre los mayores problemas que hoy enfrentan las familias en América Latina y alrededor dele mundo se destacas uno que atenta directamente contra la convivencia: la violencia dentro de la familia. Se trata de un problema del cual - Como demuestran los estudios que se han hecho sobre el tema - no se exime ninguna clase social. El principal cómplice de la violencia familiar es el silencio, no sólo de los victimarios sino también de la víctimas, fomenta a menuda por las iglesia.
Rompamos el silencio es un llamado a las iglesias y a la sociedad a ponerse a la vanguardia de la lucha contra la violencia en las familias, promoviendo el respeto a la dignidad de todo ser humano y proveyendo un contexto apropiado para la formación de personas capaces de establecer relaciones sanas - basadas en el amor - dentro y fuera de la familia.